una tragedia resuelta
hoy me
levanté con el recuerdo
de un
poeta muerto en la cabeza
el gesto
fue el esperado entonces
ir hasta
la biblioteca y leerlo revivirlo
hacer de
la tinta y el papel un santuario
fugaz como
esos que distraen en la ruta
con sus
trapos rojos y velas consumidas
juarroz
proponía que «pensar en un hombre
se parece
a salvarlo» pero aquí la tragedia resuelta
me impide
salvar a nadie queda solamente
la
modestia material de leer
con el
puño apretado porque cada hoja
que paso es
una palada de tierra
sin
embargo me alivia un antídoto
tan torpe
como casero tipear
cada uno de
sus poemas caracter por caracter
sin
claridad ni razonamiento
hasta que
mis yemas se borren por el dolor
del filoso
punto final porque reescribir
a un poeta
se parece a asimilarlo
para
Matías Vernengo (1963-2010)
HERNÁN SCHILLAGI