domingo, 6 de mayo de 2012

Un poema con nieve





la unión soviética


la fotografía reproduce una casa
en medio de la nieve sola «fuimos los primeros
en mudarnos al barrio» decía su padre
y el pecho del niño asmático se inflaba
porque habían sido unos colonos
de la clase media que atravesaron la realidad
esteparia de algún plan de vivienda
durante el tercer gobierno peronista

dos ventanas una puerta y el hielo
que se funde con los bordes blancos
de la polaroid y adentro bien adentro
cuatro témpanos se deslizan por el piso
pero buscan de un recuerdo el calor
que los acerque y los destruya en un mismo gesto
una unión desde el frío que congele por fin
la imagen de una felicidad no menos instantánea



HERNÁN SCHILLAGI

5 comentarios:

Omar Ochi dijo...

Hernán:

No sé si se trata de un poema de hielo, pues los inviernos y la quietud y el movimiento y la hermosa imagen de los témpanos(también conocidos como 'iceberg', pero, en este cotexto de poesía, la palabra 'témpanos' suena mejor)queman al lector con una especie de nieve-fuego y, al mismo tiempo,congelan esa felicidad de la que hablás en el último verso. Hay nieve, hay frío, es verdad. Pero también hay otros aspectos muy importantes que no deben ser olvidados, como es el caso de los emigrantes de la case media, los planes de vivienda durante el último gobierno peronista o un mundo blanco y la unión soviética que se desprenden de una sola fotografía de calidad 'polaroid'. Me gusta mucho tu poema, y más allá de eso, creo que lo que más me gusta es el estilo (todavía recuerdo cuando leí por primera vez 'alguien abre una salamandra'). Por lo tanto, agradezco que lo compartas y te mando un abrazo desde acá. Gracias por tu poesía!

Omar Ochi

Hernán Schillagi dijo...

Omar: gracias por tus palabras y tu lectura atenta. Es gratificante encontrarse con otros lectores que echen un poco más de luz donde el que escribe apenas miró por la cerradura. Si bien uno está muy alerta al redactar un poema, el desafío es con el lenguaje, con la ubicación de las palabras, la musicalidad y el sentido de todo eso junto. Por eso es tan importante y necesaria la figura del lector. Lo mejor, en este caso, que luego se invierte y yo paso a leer tus poemas y a disfrutar.

sergio dijo...

Interesante experiencia la de mirar fotos, en tanto y en cuanto, of course, uno esté dispuesto a ver. Y aunque al principio pareciera que lo que ve el yo es agradable (¿hay cosa más interesante para un niño que la aventura de ser un colono?), la cosa luego se pone un poco espinosa. O realista. Porque a esta altura, pese a la influencia nefasta de La familia Ingalls y su amor incondicional en las praderas, sabemos que la familia es sobre todo un centro de conflictos. Aunque en este caso la cosa (valga la paronomasia) se presenta un poco “fría”: “cuatro témpanos que se deslizan por el piso”. Que además buscan ¿el calor de un recuerdo? ¿de un recuerdo el calor? (está buena esta construcción en la que no sabemos si hay un hipérbaton o no). Y si lo relaciono con el título, y perdón si me voy a la merdê con la interpretación, me pregunto ¿qué tienen en común esos cuatro, al margen del frío, con la unión soviética? ¿Acaso la sujeción a un tirano? ¿quizá la entrega a un proyecto que, aunque loable, es de difícil, cuando no de imposible concreción? (la armonía familiar). En fin, que los textos tan herméticos como este dan pie para que uno vuele, imagine y diga pelotudeces ja.

Igual, sepa amigo que pese a la oscuridad, el texto es interesante por varios lados. Sobre todo porque suena muy bien. Y además porque tiene un par de versos (que atravesaron la realidad/ esteparia de algún plan de vivienda/durante el tercer gobierno peronista) que fusionan muy bien lo prosaico con lo lírico, lo que lo sigue alejando de esa levedad que tanto escozor le (nos) causa.

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: ¿puedo imprimir sus palabras y hacer un cuadrito? Así, cada vez que escriba saber hacia dónde tengo que rumbear.

Sí, la familia que a uno le toca en ¿suerte? puede caber en una fotografía, en un poema o en capítulo de una novela. Como también, es cierto, es una irreverencia intentar hacer esto. Nunca salgo indemne de estas cuestiones, pero es irrefrenable. Aquí la frialdad, la foto y las referencias históricas funcionaron como filtro a los recuerdos que no se borran ni se borrarán.

Anónimo dijo...

Que no nos cansemos de buscar ser los primeros?